
Melgarejo encontró a Cheyenne el día que enfermó y pensó que había muerto.
Fotos: JES? SIMMONS
Melgarejo encontró a Cheyenne el día que enfermó y pensó que había muerto.
Fotos: JES? SIMMONS
Melgarejo encontró a Cheyenne el día que enfermó y pensó que había muerto.
Fotos: JES? SIMMONS
Cheyenne cumplió una misión educativa en Summit.
Aquí con una participante en el homenaje a Cheyenne.
Cheyenne llegó muy maltratada a Summit.
Tiene 21 años trabajando en el parque. Es electricista de profesión.
Melgarejo encontró a Cheyenne el día que enfermó y pensó que había muerto.
Fotos: JESÚS SIMMONS
Cheyenne cumplió una misión educativa en Summit.
Aquí con una participante en el homenaje a Cheyenne.
Cheyenne llegó muy maltratada a Summit.
Tiene 21 años trabajando en el parque. Es electricista de profesión.
Melgarejo encontró a Cheyenne el día que enfermó y pensó que había muerto.
Fotos: JESÚS SIMMONS
Cheyenne cumplió una misión educativa en Summit.
Aquí con una participante en el homenaje a Cheyenne.
Cheyenne llegó muy maltratada a Summit.
Tiene 21 años trabajando en el parque. Es electricista de profesión.
Melgarejo encontró a Cheyenne el día que enfermó y pensó que había muerto.
Fotos: JESÚS SIMMONS
Cheyenne cumplió una misión educativa en Summit.
Aquí con una participante en el homenaje a Cheyenne.
Cheyenne llegó muy maltratada a Summit.
Tiene 21 años trabajando en el parque. Es electricista de profesión.
Melgarejo encontró a Cheyenne el día que enfermó y pensó que había muerto.
Fotos: JESÚS SIMMONS
Cheyenne cumplió una misión educativa en Summit.
Aquí con una participante en el homenaje a Cheyenne.
Cheyenne llegó muy maltratada a Summit.
Tiene 21 años trabajando en el parque. Es electricista de profesión.
Él nunca había trabajado físicamente con águilas, pero eso no fue impedimento para que iniciara este reto. Fue así como puso manos a la obra y empezó a entrenar a Cheyenne.
Al principio le daba miedo entrar al recinto porque el ave lo atacaba, pero poco a poco fue perdiendo el temor y creó un sonido para darle la comida. También creó un sistema de señas con el que se comunicaba con la harpía.
Un día normal en la vida del entrenador y su ave empezaba muy temprano, cuando él se le escondía y le aplaudía y ella empezaba a buscarlo con la mirada. Una vez veía a Melgarejo, empezaba a silbar.
Para este talentoso entrenador de aves, el 8 de junio siempre será un día muy triste, porque el animal era parte importante de su vida.
Ahora, se concentrará en entrenar a Panamá, el águila harpía que será traída de los Estados Unidos al parque Summit. Esta nueva ave no reemplazará nunca a su amada Cheyenne, pero hará todo lo que esté a su alcance para que en el Festi Harpía 2013 pueda realizar su vuelo.
Su mayor sueño es ir con el tema y video de las águilas harpías al programa Sábado Gigante de Don Francisco en Estados Unidos.
Él no es biólogo, solo un panameño que ama a los recursos naturales de Panamá, por eso los cuida con mucho celo.