
Es muy conocida.
Su vida es ejemplar.
Desde niña ha sido alegre.
Sus amigas la quieren mucho.
El ballet es una de las disciplinas artísticas que practica Raquel Peñaranda.
Fotos: CORTESIA
Es muy conocida.
Su vida es ejemplar.
Desde niña ha sido alegre.
Sus amigas la quieren mucho.
El ballet es una de las disciplinas artísticas que practica Raquel Peñaranda.
Fotos: CORTESIA
Es muy conocida.
Su vida es ejemplar.
Desde niña ha sido alegre.
Sus amigas la quieren mucho.
El ballet es una de las disciplinas artísticas que practica Raquel Peñaranda.
Fotos: CORTESIA
Es muy conocida.
Su vida es ejemplar.
Desde niña ha sido alegre.
Sus amigas la quieren mucho.
El ballet es una de las disciplinas artísticas que practica Raquel Peñaranda.
Fotos: CORTESIA
Es muy conocida.
Su vida es ejemplar.
Desde niña ha sido alegre.
Sus amigas la quieren mucho.
El ballet es una de las disciplinas artísticas que practica Raquel Peñaranda.
Fotos: CORTESIA
Desde sus ocho años y hasta los 30, participó en todas las competencias de natación en los estilos crol, libre, dorso y mariposa; obteniendo medallas de oro, plata y cobre.
En 1996 representó a Panamá en Olimpiadas Especiales de Connecticut, Estados Unidos, donde obtuvo preseas de oro en mariposa, además un premio especial como atleta distinguida que le otorgó la Fundación Kennedy.
Raquel llegó a este mundo un 20 de octubre de 1976, sus padres no imaginaron que la niña frágil se convertiría en una joven ejemplar para millones de personas en el planeta.
En agosto de 2001, la designaron atleta líder, luego representó al país en el primer Congreso Latinoamericano de Puerto Rico y en el Congreso de Costa Rica en el 2003.
La designaron mensajera global internacional en mayo del 2003 y asistió al Congreso Regional de atletas saludables, cooperando permanentemente en programas de inclusión educativa.
El 19 de septiembre de 2003, la distinguen en Panamá como “Joven sobresaliente 2003” y presentan el video de su vida. También en el 2004 fue elegida “Joven valor 2004”.
“Nosotros tenemos capacidad al igual que todo ser, lo importante es descubrir hacia dónde queremos ir; la música nos da felicidad, tranquilidad y paz espiritual, es un himno a Dios y nos permite hablar con él, por eso a los padres pido con todo mi corazón que ayuden a sus hijos a descubrir sus talentos musicales para que vivan felices cada día de su vida”, son las sabias palabras de Raquel.