Amigo lector, estamos celebrando la Semana de la Familia, es por eso que lo exhortamos a disfrutar en paz y con alegría estos días. Hoy le hablaremos de los valores, qué son y lo importante que es mantenerlos.
Talvez, entre tantas cosas, se ha preguntado qué significan, porque no ha prestado atención cuando se lo explican en las noticias o no ha tenido tiempo de ir a una librería y comprar uno de los tantos libros que lo explican. No se desespere más, aquí le diremos lo que necesita.
VALORES: ¿QUE SON?
Según la psicóloga Margarita Bethancourt, los valores familiares son fuertes creencias personales acerca de lo que es importante y lo que no; lo que es bueno y lo que es malo; lo que es correcto y lo que es incorrecto; además, agregó que cada familia tiene un grupo diferente de valores que tienen significado para ellos. Por lo menos unos incluyen honestidad y amistad como valores importantes, otros eligen educación o cooperación, y así sucesivamente.
Amigo lector, si usted está empezando a formar una familia o ya tiene una, defina cuáles son los valores que quiere preservar pero, mientras tanto, le daremos algunos consejos del Ministerio de Salud, específicamente la Dirección Nacional de Promoción y Prevención de la Salud, en esta Semana de la Familia.
RECOMENDACIONES
Trate de comunicarse abiertamente para que sus hijos lo conozcan. Hable acerca de por qué son importantes ciertos valores como la honestidad, la confianza en sí mismos, la responsabilidad y cómo los valores ayudan a las personas a tomar decisiones acertadas; claro, lo más importante es que enseñe a su hijo a tomar decisiones. Trate de cuidar que sus actos coincidan con sus palabras. Reconozca cuando se equivoca. Sea específico. Diga a su hijo cuáles son las normas y qué comportamiento espera de él. Trate de conversar con ellos sobre las consecuencias de la falta de cumplimiento de estas normas: cuáles serán los castigos, en qué forma se aplicarán, cuánto tiempo representan y cuál es el propósito del castigo. Sea firme y respete su palabra. Recuerde que los castigos tienen el propósito de servir como aprendizaje. Siempre un límite debe tener un porqué, que debe ser explicado por sus hijos, y este porqué debe remitir a su propio bienestar. Los castigos no deben ser físicos, sino pérdidas de privilegio, no lo olvide. Ejerza la autoridad de padre con amor. Comuníquese con sus hijos, escúchelos y dele tiempo para conversar. Apague la televisión durante comidas y cuando esté conversando con ellos. Sea siempre generoso con los elogios. Use connotación positiva; por ejemplo, si su hijo tiene el cabello largo, es mejor decirle: ¡qué bien te queda el cabello corto!, antes de decirle: ¿qué mal te queda el cabello así?
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