Su esposa "Jova" (no es brasileña), se fue a pasear con sus dos hijos; pero "Chicho", para no quedarse solo en su casa, llamó a sus padres a fin de que los tres juntos vieran el partido de Brasil contra Australia. ¡Qué tierno!
Y Don Samy y Maritza, para complacer a su hijo querido, le corrieron el gusto. Dejaron su casa en Cerro Batea para llegar hasta la barriada Las Cumbres del Este, en La Cabima. ¡Jooo... eso sí es querer a un hijo!
DIAaDIA llegó cuando ya había terminado el primer tiempo. Samuel Lasso, nombre de "Chicho", tenía puesto un asador con carbón, que tuvo que esperar para encenderlo por el fuerte aguacero.
Así es que "Chicho" se fue adentro con papá y mamá. Cuando empezó el segundo tiempo, Brasil atacaba y a "Chicho" se le empezaban a poner los cachetes colorados de la emoción. Es fanático brasileño.
Se quería meter en el televisor. "Juegue pela’o, juegue", eran sus frases más comunes. Maritza también estaba emocionada; Don Samy los acompañaba, aunque es fanático de Argentina. "Tengo que aprovechar para hacer bulla, porque Jova y el beby no están", decía "Chicho" en alusión a su esposa y Samuel Jr., su bebé recién nacido.
El "cooler" estaba repleto de cervezas, así es que entre padre e hijo se turnaban para buscar la ronda. El partido estaba de lo mejor. De pronto, se formó la "saltadera". El primer gol de Brasil, obra de Adriano, encendía el ambiente.
Tanto fue el escándalo en la casa 5 de la calle B (residencia de "Chicho" y su familia), que su vecino "Pachi" cruzó para unirse a este trío familiar.
Luego del triunfo... ¡a celebrar!... lo que vinieron bajando fueron más "frías". Había escampado, así es que el hincha brasileño de los "cachetes colorados" tenía que cocinarle a su padre en su día. "Éste es mi regalo, viejo, porque no tengo plata", terminó diciendo "Chicho".
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