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El legendario Chávez
Carlos Chávez fue uno de los mejores pesistas de su tiempo. (Foto: Archivo / EPASA)

Roberto Acuña | DIAaDIA

Una historia de grandes hazañas, dolor y esfuerzo. Esa es la historia del pesista Carlos Chávez, una de las grandes leyendas del deporte nacional, a quien la vida le otorgó la hermosa oportunidad de representar a su patria en diversas justas internacionales.

Cuando era muy niño, el destino le deparó a Chávez un trago amargo: perdió a su padre Francisco y a su madre Eladia Gordón (prima-hermana de Adán Gordón), estando en la escuela primaria.

En su residencia de Los Andes Nº 2, Chávez conversó con nosotros y, a pesar de su avanzada edad, nos contó historias y anécdotas con una lucidez extraordinaria.

HABLA EL PESISTA SOLITARIO

"Mi niñez la viví en la Escuela Simeón Conte de Penonomé y, después de que mamá murió, una tía mía, hermana de papá, me trajo a Panamá. Tuve que trabajar porque, por la situación de aquellos tiempos, no podía estudiar", contó Chávez, quien hizo una pausa, como reflexionando, en su cama, y, luego, comentó: "Si papá no hubiese muerto otro gallo hubiese cantado y yo hubiera seguido estudiando".

Tan buen pesista llegó a ser que, en una ocasión -contó- en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1959, realizados en Caracas, Venezuela, los organizadores no lo querían dejar competir, alegando que "su participación podía desanimar a los demás atletas porque estaba muy sobrado".

"Aníbal Illueca, padre, en aquel entonces, presidente del Comité Olímpico de Panamá, me defendió y me dejaron competir: logré pulverizar cuatro récords", contó esta leyenda de la halterofilia.

Repentinamente, en medio de la plática, a Chávez le entró un dolor en las piernas. Empezó a quejarse, pero no desmayó, tomó aire y prosiguió.

LA ODISEA DE HELSINKI

"En los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952, yo me lesioné. Me la quise tirar de guapo, no le quería perder la pisada a Chimiskayan, el campeón mundial soviético. Él (Chimiskayan) puso 100 kilos en el arranque y yo empecé igual. Al siguiente turno me disloqué el codo y allí terminó todo. Estaba seguro de que podía ganarle al ruso, pero bueno, mala suerte", se lamentó y en su rostro se dibujó una expresión de nostalgia.

Pero ir al Helsinki para Chávez fue una odisea de principio a fin: "Viajé gracias al apoyo de la gente. Tuve que hacer una colecta por las calles, pues en aquel entonces no había apoyo".

Agregó: "Además, tuve que endeudarme con una agencia de viaje para completar el dinero para ir a Helsinki. Me estuvieron cobrando hasta que se cansaron. Yo jamás les pagué".

PANAMEñO DE CORAZON

En una ocasión, una instructor estadounidense de apellido Boffman quiso nacionalizar a Chávez para que alzara para ellos, pero él no quiso.

En 1955, Chávez dio a Panamá la primera medalla de oro en los Juegos Panamericanos, celebrados en México. Bien por él.

ENTREVISTA

Esta fue la última que se le hizo al pesista Carlos Chávez, quien falleció el 3 de junio de 2006, a la edad de 77 años. Fue realizada el 30 de octubre de 2005.





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