Las plantas naturales se han convertido en las predilectas de las decoraciones caseras y su venta se ha vuelto común entre la gente que no tiene un empleo.

Ricardo Rodríguez hace 22 años sustenta a su familia con un pequeño negocio de venta de plantas en pleno corazón de Calidonia.

"No tenía trabajo y me las ingenié", explicó orgulloso de sus logros, ya que con los ingresos pudo pagarle a sus dos hijos la carrera universitaria, además de construir su casa y hasta con esfuerzo pudo edificar una casita para alquiler.

MUEVE MONTAñAS

"Cuando lo inicié no sabía qué conseguiría, pero me fue bien; sin embargo, un día estaba preocupado porque no tenía para darle de comer a mi familia y la situación estaba difícil", dijo.

La escasa cantidad de plantas que tenía agravaba su sentir, a tal punto que pensó no abrir su negocio; cuando, de repente, lo estaban esperando dos señoras que le compraron 50 dólares.

Ricardo ve esta situación vivida como una bendición de Dios, recordándole su promesa que siempre suplirá, desde allí en adelante trabaja con más tesón y, aunque la huelga bajó su venta a la mitad, logra recoger unos 15 dólares diarios.

PREFERIDAS

Sus mayores clientes, las amas de casa, prefieren los bambúes chinos, ixoras y las plantas ornamentales. Sin embargo, destaca que en los últimos tiempos las medicinas han revolucionado los negocios, especialmente la albahaca, ruda, hierbabuena y menta.

Estar a la orilla de la calle hace que su puesto funcione como un auto rápido, porque muchos no tienen necesidad de bajarse. Los precios módicos, entre B/. 1.00 y B/.1.50, atraen más a los clientes.

MERCANCIA

Sus plantas las siembra él mismo en La Chorrera, el resto las compra a otras personas y las re-vende.