A falta de pan... a pedir en la calle. Los trabajadores de la construcción en huelga trabajan una jornada completa, pero para recolectar plata en distintos puntos de la ciudad.

Aunque dispuestos dejaron los balaustres, por las piedras y ahora por las cajas para solventar su lucha, muchas de sus familias no están de acuerdo.

¿Qué pasa en sus hogares cuando no llevan dinero para la comida?, se preguntan muchos, pero unos se valen de pequeños ahorros, el salario de sus esposas, o en caso extremo, el apoyo del resto de la familia.

Santos Núñez, un albañil con 30 años de experiencia, explicó: "Mi esposa se pone brava porque no llevo nada a la casa", según él, su compañera no tiene otro remedio que aguantarse hasta que termine la lucha.

Tenemos dos semanas sin cobrar, con la esperanza de que el sábado nos den algo de las donaciones en dinero y los bonos de comida.

Según Antonio Herrera, un ayudante general que ondea una bandera roja, le complace que la gente esté apoyando y, generalmente, sea de pocos recursos como ellos.