Los pequeños negocios de comida, ubicados en lugares populares como Calidonia y La Central, no están vendiendo.
La razón: la huelga general de los trabajadores, especialmente los de la construcción, merma sus ganancias.
Sonia Vargas, de Delicias Soniese, explicó que aunque sus mayores clientes son los trabajadores de almacenes, también depende de los transeúntes, pero la gente evita frecuentar esos lugares para no coincidir con las manifestaciones.
Este problema lo viven de forma separada Marta Mosquera, del kiosco Tío Miguel, y Ramón Morán, de "El vagón Dios esté conmigo".
Lo cierto es que han tenido que reducir la cantidad de comida que hacen, de 20 libras de arroz han bajado a unas 9 libras.
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