Este proceso infeccioso se cura como máximo en dos meses si no surgen complicaciones, que no son frecuentes. Sin embargo, aquí se describen algunas de ellas:
Neurológicas: excepcionalmente, meningitis, encefalitis, parálisis facial, etc.
Rotura del bazo: poco frecuente (0, 1% de los casos) pero grave, puede ser provocado por pequeños traumatismos, incluso, producirse de forma espontánea.
Alteraciones hepáticas: más habituales, aunque casi nunca producen problemas serios. Dentro de ellas, la ictericia (color amarillento de la piel por la bilirrubina en sangre) es poco habitual.
Anemia por rotura de los hematíes (anemia hemolítica): se da en el 2% de los casos, y a veces se acompaña también de descenso de plaquetas.