Pacheco no le teme al trabajo. (Foto: KEYLIS LÓPEZ / EPASA)
Keylis López
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No se vence. A pesar de trabajar bajo el sol y parte de la noche, Orlando Pacheco, un señor de treinta y cuatro años, se gana la vida vendiendo plátanos verdes en Cerro Batea, San Miguelito.
Pacheco reside en Torrijos Carter y sale diariamente a buscar el pan de sus dos hijos. Comenta que se levanta temprano para que sus clientes siempre tengan el producto a tiempo.
El vendedor manifiesta que aunque no pasa mucho tiempo en casa, sus seres queridos lo comprenden y apoyan.
Vende los plátanos a ocho por un dólar, los consigue en el Mercado de Abastos. Para transportarlos a su puesto, debe pagar un acarreo de 25 dólares.
NO NECESITA ALTOPARLANTE
Demostrando que es buen pregonero, Pacheco asegura no necesitar ningún aparato para lograr que las personas lo escuchen. "Tengo bastante lírica", así se expresó, refiriéndose a la forma como llama la atención de sus compradores.
SATISFACCION
Luego de trabajar más de doce horas al día, este trabajador se va a casa con la satisfacción de haber conseguido dinero para el hogar. Comenta que el negocio es rentable, ya que tiene muchos clientes, que lo prefieren por la calidad y precio de su mercancía.
¿COMPETENCIA?
A pocos metros de donde trabaja Pacheco, también hay otros vendedores, que al igual que él, buscan ingresos. Al cuestionarlo sobre la situación, este dijo sentirse seguro de lo que tiene, ya que sabe que Dios nunca lo desamparará.