La mariposa

Redacción | DIAaDIA

Un hombre encontró un capullo de una mariposa y se lo llevó a su casa para poder verla cuando saliera del capullo.

Un día vio que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por abrirlo más grande y poder salir. El hombre vio que forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento. Pareció que se había atascado. Entonces el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera cortó al lado del agujero para hacerlo más grande y ahí fue que por fin la mariposa pudo salir del capullo. Sin embargo, al salir la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas muy pequeñas y dobladas. El hombre continuó observando, pues esperaba que al instante las alas se desdoblaran y crecieran lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba. Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y con sus alas dobladas... nunca pudo llegar a volar...

Lo que el hombre no entendió fue que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba los fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y así pudiese volar... Necesitamos recordar que de nuestros esfuerzos y caídas, salimos fortalecidos, así como el oro es refinado por el fuego...

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