Unos quieren consolidarse, otros hacer historia.
Atendiendo al pedigrí de unos y de otros, Inglaterra tiene una buena oportunidad para clasificarse a los cuartos de final del Mundial, aunque para ello deberá creer en su fútbol y superar al vistoso equipo ecuatoriano, que tiene ante sí una cita con la historia en el partido más importante que nunca haya jugado.
Los ingleses, un equipo plagado de figuras, no acaban de despegar. Ecuador lo sabe y también que es el momento para asestar el golpe al conjunto de Sven-Goran Eriksson, un grupo de jugadores de tanta calidad que sufrió para derrotar a Paraguay y Trinidad Tobago y no pudo ganar a Suecia, su particular bestia negra.
En el último Mundial de Eriksson con los pross, Inglaterra ha vivido convulsionada desde su llegada a Alemania. Primero, por el culebrón Rooney, y cuando no se habían apagado los ecos, con la grave lesión de Michael Owen, que ha dejado a los ingleses sin la posibilidad de sustituir al delantero del Newcastle United.
Ante los ecuatorianos, el técnico sueco no podrá contar con el lateral Gary Neville y persiste la duda en defensa sobre el concurso de Rio Ferdinand. Si el central del Manchester United no está disponible, Sol Campbell será el que acompañe a John Terry en el eje, Ashley Cole es insustituible como lateral zurdo.
Luis Suárez, el técnico ecuatoriano, habla de ritmos de partido para poner un ejemplo de cómo su equipo tiene que jugar. Dice que sus jugadores deben conservar el balón y variar: "Hay que jugar a 120, después a 50, acelerar hasta 180 o rebajar a 70".
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