Uno de los recursos más preciados de Panamá es el agua y, aunque en teoría contamos con todos los elementos para tener el mejor sistema hídrico, a pocos kilómetros de la ciudad existen comunidades que tienen que abastecerse de pozos; mientras que otras dependen de la llegada de un carro cisterna. Si por alguna razón, éste no llega, al menos tienen la bendición de la lluvia.
Casa de herrero, cuchillo de palo
Éste es el caso de los residentes de Aguabuena de Chilibre, específicamente en el sector de La Esmeralda, donde el agua sólo llega tres veces al mes. Para poder hacer sus quehaceres domésticos, recogen agua lluvia. Para el consumo humano, tienen que cargar pesados tanques de agua desde comunidades cercanas.
En el área de Panamá Este, el problema es el mismo. Residentes de Las Garzas de Pacora esperaron por mucho tiempo la instalación de la línea de conducción, que se dio pocas semanas atrás, pero las cosas no han cambiado, pues el agua sólo les llega dos veces a la semana.
Los tanques y las botellas han seguido siendo sus mejores aliados, pues ahora, en vez de estar pendientes de la llegada durante el día de los camiones cisterna, tienen que adivinar en las noches a qué hora saldrá agua de sus grifos.
Juan José Amado III, director del Instituto Nacional de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN), explicó que en estos casos se trata de comunidades creadas a raíz de asentamientos humanos precaristas, como en muchas zonas de San Miguelito y Panamá Este. "En el caso del área de Las Mañanitas, la 24 de Diciembre y Pacora, tenemos el problema de que son áreas que no han sido sujetas a diseño, sino a improvisaciones. Esto complica mucho más lograr alimentarlas técnicamente bien de agua; a diferencia de lo que serían otros sectores, que tienen por lo menos una planificación ordenada del desarrollo urbano", manifestó Amado, quien además aseguró que se está trabajando en mejoras en las redes de distribución de estos sectores.
TRABAJANDO
Actualmente, avanzan los trabajos de rehabilitación de la vieja planta potabilizadora de Chilibre, que hace dos semanas fue detenida en su totalidad y, en su lugar, se utilizó el 100% de la capacidad de la nueva planta potabilizadora. Entre estos trabajos están: el cambio de filtros, la limpieza del tanque de agua tratada, la construcción de un nuevo túnel de acceso y mejoras al sistema de bombeo.
El objetivo de esto es que a futuro se dividan los trabajos de potabilización entre ambas plantas, sin que en ninguna de las dos se utilice su capacidad total. Para ello, el IDAAN ha realizado una serie de interconexiones entre la tubería vieja y la nueva, a fin de garantizar el flujo de agua. La última de éstas será en el kilómetro 21 de Tinajitas y, con ella, se terminará el circuito.
Culminados los trabajos en la planta potabilizadora de Chilibre, se espera que mejore la distribución en las áreas de Panamá Este, específicamente en la 24 de Diciembre, Tocumen y Felipillo, donde los problemas de presión y la falta de agua son el pan de cada día. En la actualidad, la planta de Pacora está prestando un gran apoyo en este sentido, pero esto está afectando el suministro a los pacoreños.
A finales de este año, el IDAAN estará licitando la instalación de una línea de 24" que reemplace la actual tubería de distribución de 16", que alimenta la 24 de Diciembre, Tocumen y Felipillo.
Adsinar Cajar, director nacional de operaciones del IDAAN, aseguró que de esta forma la planta de Pacora no tendrá que alimentar a estos sectores, por lo que se cerrarán las válvulas y el suministro de esas áreas estará a cargo de la mejorada planta de Chilibre; mientras que la de Pacora sólo se hará cargo de su sector.
UN POQUITO PARA CADA UNO
Además de las improvisadas comunidades precaristas, el IDAAN enfrenta un reto ante el crecimiento urbano, donde áreas unifamiliares se han convertido en multifamiliares.
Encontramos, entonces, que la línea que alimentaba a cierta cantidad de casas, ahora debe proveer de agua a edificios con decenas de apartamentos. O, en el caso de las urbanizaciones, una línea diseñada para una urbanización debe ahora compartirse con nuevas urbanizaciones aledañas.
"Éste es el caso de Condado del Rey, San Francisco, Coco del Mar, Costa del Este, donde se están realizando proyectos que no estaban incluidos en la tubería original. La tubería lleva cierto caudal y no más; el aumento poblacional implica que hay que instalar nuevas tuberías", explicó Amado.
Ante la gran inversión que esto representa, el IDAAN está planeando trabajar con las empresas constructoras para que éstas aporten por vía de valorización al costo.
EN LAS MISMAS
Para miles de familias, la espera continúa. Mientras avancen los trabajos, deberán conformarse con el agua de pozo, la llegada del camión cisterna y seguirán exponiéndose a los riesgos que esto representa para la salud.
En áreas rurales, la incidencia de casos de niños con parásitos y problemas estomacales es alta. La contaminación de los pozos, en áreas de gran población, es una realidad.
El IDAAN es consciente de que en el sistema de suministro de agua potable, mediante el uso de carros cisterna, tampoco existe una garantía de salud.
Para Amado, además de ser un sistema costoso es inhumano. "El agua sale de un hidrante, pasa a un cisterna, del cisterna pasa a un tanque donde permanecerá almacenada por varios días. Tú no sabes qué se le pega en el camino, no existe un control de la calidad del agua. Estamos tratando de superar esta etapa, mediante la inversión en mejoras", acotó.
SIN AGUA
Actualmente, el IDAAN invierte cerca de 3 millones de dólares en el uso de carros cisterna.
Las áreas con mayor problema de suministro de agua en la capital son: San Miguelito y Panamá Este.
El promedio de consumo de agua por persona es de 100 galones.
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