De tal palo tal astilla. Este refrán le cae a la perfección al señor Alcides Trujillo y a su hijo Efraín, artesanos de la región de El Valle de Antón.

Don Alcides recuerda cuando junto a un grupo de artesanos luchó para ser tomados en cuenta por las autoridades, pues ellos eran "correteados" para que no vendieran los productos, porque daban una mala imagen a los extranjeros, pero irónicamente ahora las artesanías panameñas son uno de los principales atractivos del país.

Primero fueron tres los artesanos que mostraron la inquietud por la persecución ante las autoridades municipales de ese entonces, así fueron adheriéndose otras personas y poco a poco lograron llegar hasta la Asamblea Legislativa hasta que lograron ser reconocidos por su arte.

"Con nuestras propias manos hacemos las artesanías, porque este es el sustento de nuestras familias", explicó Alcides, quien hizo referencia a las primeras ferias libres que hacían en los distintos parques del país, esto para las décadas del '70.

De generación en generación son pasados los conocimientos, tal como Alcides aprendió de sus padres y, a su vez, él le enseñó a sus hijos.

Primero empezaron con la confección de sombreros, luego con la pintura en totumas de calabazo, de allí el negocio se extendió con las artesanías en arcilla o barro y hasta para tallar madera y piedras de jabón, que también son barnizadas. Siendo esto uno de los principales atractivos de la provincia coclesana.

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