Una exhibición de ganchos multicolores, toallitas, pastillas y hasta aretes, le dan la bienvenida a las personas que cruzan, en ambos sentidos, por el puente peatonal de la Universidad de Panamá en la Transístmica.
La parte superior de las vistosas mesas de los buhoneros, a cada lado del puente, simulan un tendedero, puesto que los accesorios son prensados con horquillas.
El lavandero parece el vendedor, que con chancletas y el suéter recogido hasta la barriga, espera sus clientes.
Subiendo las escaleras, dos estudiantes del Artes y Oficios aprovechan la comodidad de un puesto y ven, muy cómodos, la televisión. En esta oportunidad, los detalles de la cadena humana que realizaron grupos estudiantiles, profesores y administrativos, en apoyo al rector Gustavo García de Paredes.
Más adelante, un tumulto se esquiva a un vendedor, que pregonando, hace propaganda de sus productos. Otro habla por celular y, de paso, aprovecha para vender un gancho de a "cuara" a una universitaria.
Son 10 buhoneros en total los que venden desde accesorios, artículos del Mundial, pixbaes y artículos étnicos, entre ellos está Ricardón Iglesias.
Iglesias, con sus lentes oscuros, no pierde la oportunidad de atraer a alguien para convencerlo de que compre sus libros de poco uso. Él más caro no supera los 5 dólares.
El que en ese momento tiene dinero, seguro que los compraría todos, porque Ricardón se los sabe al dedillo y deja la curiosidad. Está seguro de que no molesta a nadie porque fomenta la lectura.
TEMORES
La altura que alcanza el puente, proporciona un voto de confianza. El material en el cual están edificados, garantiza una razón de peso.
Sin embargo, en muchos de los puentes peatonales de la ciudad, la pisada de las personas es insegura, intranquila y atropellada.
Temen al peligro, puesto que de día es un mercado persa; pero de noche, la inseguridad se apodera de él y lo hace intransitable.
La mala imagen que proyectan los vendedores ambulantes en la Universidad de Panamá, es cuestionada por muchos, pero otros defienden el aspecto social, porque esta actividad es un paleativo para el desempleo existente.
¿QUIEN LOS REGULA?
Los buhoneros que están en el puente, es materia que regula la Alcaldía capitalina. Juan García, director de Asesoría Legal del Municipio, explicó que todos estos vendedores están ilegales, por lo que se han adoptado medidas para involucrar a las corregidurías de Curundú y Bella Vista, a fin de hacer la remoción de los puestos y las mesas que están en las entradas y dentro el puente, incluso de noche.
De manera reiterativa, han sido multados y se les ha decomisado su mercancía, pero "estos señores insisten en continuar estas prácticas".
Hasta la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre, le ha solicitado a la Alcaldía que despeje las entradas y las estructuras de los puentes por seguridad de las personas.
Las sanciones son hasta 100 dólares, de acuerdo con el Decreto No. 25 que regula el ejercicio de la economía informal.
Pero no sólo la cara del campus padece de este mal, igual lo comparte la Facultad de Administración de Empresas, detrás del Artes y Oficios, donde existen muchos kioscos.
Ante esto, García dijo que algunos tienen sus permisos y los que no están, han elevado citaciones y levantado procesos para que se legalicen.
No se puede obviar el puente peatonal del Complejo Hospitalario Arnulfo Arias Madrid, que según García sí es un verdadero mercado persa. Allá han tenido que tomar medidas más severas, como conducirlos a las corregidurías porque se introducen en las instalaciones hospitalarias.
¿Y DENTRO DE LA "U"?
La situación es diferente, ya que los kioscos, fotocopiadoras y sitios de Internet, dentro del campus, que suman 50, están legalizados.
Nelson Novarro Cerrud, vicerrector de Asuntos Estudiantiles, explicó que los puestos que están en las 18 facultades son administrados por los grupos estudiantiles. Los que no, como los que están debajo del puente de la universidad y en la entrada, tienen contratos con las autoridades universitarias.
Con respecto a los buhoneros del puente peatonal, dijo que "el problema es que tenemos una universidad popular. Tratamos que esto no se convierta en un mercado persa, pero no podemos ir con una cultura agresiva, porque las personas hacen un esfuerzo por subsistir". Todos los vendedores ambulantes vienen de las barriadas adyacentes.
La universidad alquila los puestos a razón de 1 dólar por metro cuadrado, que en promedio, son 20 dólares por puesto más la tarifa de la luz, en base a los equipos que tienen.
Los grupos estudiantiles los subarriendan y usan los ingresos para los centros de estudiantes.
"Nosotros, en el fondo, no queremos esto (los kioscos). Para nosotros, ojalá que desaparecieran porque no somos una entidad para estas cosas. Tenemos nuestras cafeterías", dijo. "Pero se concedió una disposición de un problema que nació institucionalmente y está en el reglamento", agregó.
ADMINISTRADORES
Omar Joseph, asesor del grupo estudiantil Generación, Estudio y Lucha (GEL) de la Facultad de Comunicación Social, explicó que ellos subarriendan 4 puestos. Los alquileres van desde 200 hasta 250 dólares. El dinero es para pagos de secretaría, cable, teléfono, equipos y mejoras.
PROBLEMA
Para el economista Rolando Gordón, los vendedores ambulantes son consecuencia del tipo de economía que hay en el país. La gente no tiene empleo y colocan pequeños kioscos para sobrevivir.
"Lo que tiene que hacer la universidad es regularlos, de tal manera que el servicio que prestan sea un servicio saludable y cumplan con todas las regulaciones. De informales, se convierten en formales", agregó.
"No me gusta decir que hay que eliminarlos, cuando no tenemos una alternativa que brindarle a la gente", acotó.
Aseguró que se podría hacer una pequeña cooperativa entre ellos para organizarlos, a fin de que se pueda agrupar la inversión para producir un servicio.
¿COMO NACEN?
La universidad, de su presupuesto, le daba una partida a los grupos estudiantiles: La Federación de Estudiantes de Panamá (AFEP) y la Unión de Estudiantes Universitarios (UEU) para su funcionamiento. Hubo crisis, no se les pudo ayudar y se crearon kioscos para que los administraran.
|