Un día, la piedra dijo: "¡Soy el más fuerte!". Oyendo eso, el hierro dijo: "¡Soy más fuerte que tú!, ¿quieres verlo?". Entonces, los dos lucharon hasta que la piedra se convirtió en polvo.
El hierro dijo a su vez: "¡Yo soy fuerte!". Oyendo eso, el fuego dijo: "¡Yo soy más fuerte que tú!, ¿quieres verlo?". Entonces, los dos lucharon hasta que el hierro se derritió. El fuego dijo a su vez: "¡Yo soy fuerte!", oyendo eso, el agua dijo: "¡Yo soy más fuerte que tú!, ¿quieres verlo?". Entonces, los dos lucharon hasta que el fuego se apagó.
El agua dijo a su vez: "¡Yo soy fuerte!".
Oyendo eso, la nube dijo: "Yo soy más fuerte que tú!, ¿quieres verlo?". Entonces, los dos lucharon hasta que la nube hizo evaporar al agua.
La nube dijo a su vez: "¡Yo soy fuerte!".
Oyendo eso, el viento dijo: "¡Yo soy más fuerte que tú!, ¿quieres verlo?". Entonces, los dos lucharon hasta que el viento sopló la nube y ella se esfumó.
El viento dijo a su vez: "Yo soy fuerte!".
Oyendo eso, los montes dijeron: "Somos más fuertes que tú!, ¿quieres verlo?". Entonces, los dos lucharon hasta que el viento quedó preso entre el monte.
Los montes, a su vez, dijeron: "Somos fuertes!". Oyendo eso, el hombre dijo: "Yo soy más fuerte que ustedes! ¿Quieren verlo?". Entonces, el hombre, dotado de gran inteligencia, perforó los montes, impidiendo que atajasen al viento.
Acabando con el poder de los montes, el hombre dijo: "Yo soy la criatura más fuerte que existe!". Hasta que vino la muerte, y con apenas un golpe, se terminó. La muerte todavía festejaba, cuando vino Jesús y, en apenas tres días, la venció. ¿Te das cuenta ahora quién es el fuerte de verdad?
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