El lateral izquierdo, Fabio Grosso, dejó ayer la acostumbrada disciplina táctica de los italianos, abandonó su puesto para convertirse por un momento en extremo y salvó a Italia de una situación difícil en los octavos, generando un penalti que se convirtió en la victoria ante Australia.
Italia estaba con diez hombres y Australia parecía haberle perdido por completo el respeto cuando, ya en el descuento, Grosso se proyectó al ataque, regateó a dos hombres dentro del área y fue derribado.
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