El Mundial tras las rejas

Rubén Polanco | DIAaDIA

Definitivamente, que hay cosas que no cambian; pero el deporte rey hace que esas cosas pasen a un segundo plano.

Al llegar al lugar, algo muy común, los detenidos presentes en el patio exclamaban: "Señor periodista, quiero hablar, venga para decirle los problemas de la mala alimentación y las aguas negras que ya dañaron un televisor".

Pero al adentrarnos en la sección Preventiva 1, de la cárcel de Tinajitas, hay más de 8 televisores en sintonía del Mundial (y no es que sea una propaganda de un restaurante). Esto es sólo en esta sección. Era el partido de Argentina con Holanda, por supuesto que la atención estaba centrada en los sudamericanos, que han levantado tanta expectativa.

Un detenido de más de 40 años, que estaba de pie en el pasillo y de frente al televisor, dijo que todos los días ven los juegos del Mundial.

Mientras otro en la parte superior de un camarote, al igual que un hombre en una hamaca, escondían su rostro para no ser captados por las cámaras. Estos tres veían una pantalla, pero no eran los únicos. Detrás de ellos, había otro televisor, que observaban los otros presos de los otros camarotes. Igualmente, se escuchaba el sonido de varios televisores en otros sectores de esta sección.

En el lugar, todo estaba apiñado. Es notorio el hacinamiento. Además de hamacas, colgaban sábanas, bolsas con enseres, vasijas, tanques, sillas, en fin, de todo un poco. Pero eso parece importar poco, cuando la emoción del fútbol está de lo mejor.

Un poco más adelante, dos sábanas tapaban la parte baja de dos camarotes que estaban muy cerca, pero al fondo se escuchaba la narración del partido. De pronto, se abrió la sábana como el telón de una obra de teatro. Uno de los dos reos que veían el juego de fútbol, preguntó: ¿Y esas fotos para qué?

Al explicarles a ambos, accedieron a una fotografía, pero sin que salieran sus rostros.

En el área de cocina, los internos encargados de preparar la comida ya habían terminado con el arte culinario, y estaban cómodamente pendientes del televisor. Los reos del taller de Tallado, no se pierden un partido del Mundial. Los custodios aprovechan sus horas de descanso, para ver el mejor fútbol del mundo.

Ésta es una muestra de que el Mundial llega hasta los rincones más oscuros y aislados del país. Cada persona lo vive en un ambiente y lugar diferente, pero la emoción es la misma.

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