¿Qué cosas hacen las iglesias en las denominadas zonas rojas? Esta parte la cuenta la señora Lorenza Martínez, quien tiene seis meses de haber llegado al Hogar de Ancianos de la parroquia de Fátima, ubicada en El Chorrillo, pero hoy recuerda con mucho dolor los días que vagaba por las calles sin nada que comer y con grandes dolores en sus piernas.

Ella llegó de Darién buscando una mejor vida y llena de emoción residió en Pacora con uno de sus hijos, quien de manera desalmada la echó de su casa sin ninguna razón justificada. "Mi hijo no me quería después de haberlo parido con mucho dolor y cuidarlo. Me echó como un perro a la calle", relató la entrevistada.

Allí comenzó su calvario, pues estando en la calle unos ratones le mordieron la piernas, sin que ella le prestara atención. Días después observó que las heridas de sus piernas se infectaron.

En un estado deplorable, la Policía la recogió y se comunicaron con una trabajadora social que decidió colocarla en el este hogar, donde fue recibida con mucho amor. Estando allí, le diagnosticaron diabetes y tuvieron que amputarle la pierna. Posteriormente le dieron diez derrames a los cuales ha sobrevivido gracias Dios y la gran ayuda que le brinda la Parroquia de Fátima.

SIN RENCOR

A pesar de su triste historia, no le guarda rencor a su familia, pero tiene fe en Dios de que algún día se arrepientan de lo que le hicieron.

En este comedor le dan su alimentación al día, todos sus medicamentos, la llevan a sus citas, entre otros beneficios. Algo muy curioso es que Lorenza es evangélica y aún así la Iglesia católica le brinda lo mismo que a los demás residentes del hogar.