El comedor de la Parroquia de Fátima ofrece alimentos a los más necesitados. (Foto: : YANELIS DOMÍNGUEZ /CORTESÍA)
Yanelis Domínguez
| DIAaDIA
Una contribución en silencio han realizado las diferentes parroquias de la capital en pro de los problemas sociales que enfrenta la sociedad panameña.
Justo ahora que Panamá se hunde en la violencia, el mensaje de paz y amor que fomenta la Iglesia, acapara los corazones de los jóvenes y adultos que se acercan en busca de un consejo que les haga mantenerse en pie. Pero no basta con un mensaje, la solidaridad va más allá, tanto que cada sacerdote, religiosa, y personal voluntario se adentra a los hogares de los necesitados y descubre con sus propios ojos la falta de alimento, de valores y educación que impera en aquellos lugares.
LA IGLESIAS Y SUS PROGRAMAS
En el distrito capital hay iglesias que se encuentran en "zonas rojas", pero eso no es impedimento para realizar su labores sociales.
La Parroquia Nuestra Señora de Fátima es una de ellas y tiene entre sus programas un comedor parroquial para hacerle frente al problema de la desnutrición en los niños de este sector. A ellos se le ofrece un plato de comida para incentivarlos a estudiar. Otro de los grandes proyectos es el Hogar de Ancianos San Pedro Nolasco, que atiende a abuelos abandonados por su familia. Muchos de ellos están enfermos, por lo que se les brinda comida, medicamentos y un lugar donde vivir.
Otra iniciativa es el Club House, que es un centro innovador de computadoras que ofrece la oportunidad de aprender en los jóvenes para que a través de la tecnología se pueden abrir puertas para un trabajo.
En esta parroquia, ubicada en El Chorrillo, donde muy cerca hay constantes balaceras y robos, también existe el Hogar de varones y muchachas con problemas sociales que vagan por las calles sin oficio. Este hogar trata de llenar el vacío que guardan en sus corazones y se les levanta el autoestima y se busca su inserción a la sociedad.
Por su lado, la Basílica Menor Don Bosco ( en Calidonia) desempeña dos obras: la pastoral y la obra social. Uno de los programas es trabajar con los niños a quienes se les da una orientación cristiana y humana, pues para contrarrestar la violencia se necesita hacerlo desde que están pequeños. Aquí también se atiende a muchos jóvenes que ha estado en la delincuencia y que han cometido errores.
DIAaDIA pudo conocer que estos jóvenes al llegar en ese estado se les da una educación en valores, pero es difícil adaptarlos, pues los que pertenecen a pandillas ya traen un mundo de violencia. Es aquí donde se cuenta con la ayuda de la Fundación Luz y Vida, que trata directamente estos problemas.
Otras de las iglesias que orientan a jóvenes de las calles es la Parroquia de San Miguel de Calidonia y María Reina de La Paz en Curundú, estas tratan directamente con las pandillas de los diferentes sectores, los motivan con talleres de aprendizaje y rehabilitación de drogas. A pesar de que muchos de ellos no logran sus objetivos, las parroquias ponen su contribución a la sociedad.