Lástima lo de Larrionda. Tuvieron que pasar 44 años para que Alemania se vengara de aquel gol dudoso de Geoffrey Hurst, que abrió el camino para el único triunfo mundialista británico. El grave error referil de Jorge Larrionda, y su segundo auxiliar, ambos uruguayos, a los 37', no dando validez al disparo de Frank Lampard, que dio de lleno en el horizontal y rebotó veinte centímetros dentro del pórtico, no es, sin embargo, justificación para Inglaterra, y no borra lo merecido del marcador.

Alemania comenzó a paso arrollador, con su fútbol práctico, sencillo, vertical, rápido, pero también técnico para hacerle una goleada a Inglaterra, 4-1, a esa "generación dorada", que en cuanto a mundiales concierne, no ganó nada.

Miroslav Klose, que totaliza ya tres mundiales, había rubricado a los 20' su gol, de sello personal, y a los 32', Lukas Podolski, con un remate de pierna izquierda, hizo el segundo.

Los diez minutos del final del primer tiempo, y los 10 primeros de la segunda mitad, fueron los únicos de Inglaterra, que descontó a los 37' por medio de Matthew Upson. Vino, casi de inmediato, el gol legítimo, no cobrado. Y de allí en más, la cátedra de fútbol que dictó Alemania, agregando dos nuevas dianas, a los 67' y 70', de Thomas Müller, el nuevo artillero germano, que es homónimo del "Cañonero" de los años '70, y luce el mismo dorsal: el 13. ¿Casualidad?