Atilano Jiménez es un hombre trabajador que se levanta a las 3:00 a.m. para abrir el pequeño local de buhonería, ubicado en el Centro Comercial de San Miguelito, a un costado del supermercado El Fuerte.

Él no es el dueño del negocio, pues solo lo administra, ya que la dueña le dio la oportunidad de trabajar y le paga un salario diario del cual sobrevive. Con esa entrada económica le manda dinero a su papá, que está en el interior.

Para este pequeño comerciante lo más difícil que le toca vivir son los días lluviosos, porque tiene que recoger toda la mercancía que está expuesta afuera y la tiene que meter dentro del pequeño local, y se hace muy incómodo trabajar así.

Lo que le toca vivir diariamente es el mal humor de las personas, ya que muchas veces quieren que les venda las cosas al precio que ellos desean.

Nos informó que cierra el local todos los días a las 9:00 p.m. cuando el tránsito de las personas disminuye.

Este buhonero ofrece a sus clientes artículos de buhonería como pulseras, collares, ganchos, burbujas, bolsas para equipaje, entre otros.

También tiene en la parte de afuera de su local cuatro teléfonos semipúblicos que les ofrece a los panameños para que hagan sus llamadas.

Para incrementar sus ingresos, tiene frente a la buhonería una pequeña mesa en la que vende legumbres y plátanos, y cuando los días están bastante movidos consigue otra persona para que le ayude a vender estos productos.

ENTRADA

Este buhonero tiene en la parte de afuera de su local cuatro teléfonos semipúblicos que les ofrece a los panameños para que hagan llamadas telefónicas.