A la hora de alimentarlos, lo que falta son brazos. (Fotos: EVERGTON LEMON /EPASA)
Milagros Murillo F.
| DIAaDIA
Sus vidas cambiaron por completo, pero están felices. Desde el pasado 12 de junio, la familia De La Espada - Cuevas se ha unido más que antes, luego del nacimiento de los llamados "cuatrillizos colonenses".
Para Markelia y su esposo Gilberto, ha sido imprescindible el apoyo de sus madres, María y Regina, quienes desde el día uno han estado dándoles la mano con el cuidado de los bebitos, que desde ya están imponiendo sus personalidades.
Ismael, el mayor de todos (fue el primero en nacer y el de mayor tamaño), es un 'comelón' y el más inquieto, Isabela es la segunda, una bebita que suele tener una linda sonrisa marcada en su rostro, de allí le sigue Ilianis, quien es muy bien portada y por último está Isamar, la más pequeñita de todos (última en nacer), quien hasta ayer en la tarde estuvo internada en el hospital, mientras reponía su peso.
Al principio, Markelia admitió que le costaba diferenciarlos, pero ya sabe bien quién es quién; sin embargo, compartieron su primera anécdota de cuando alimentaron a Ismael dos veces.
Entre cada dos y tres horas, deben alimentar a los infantes, quienes nacieron a las 34 semanas y un día, luego de que su madre fuera fertilizada artificialmente al acudir con su esposo a un tratamiento médico.
Gilberto está de vacaciones en su trabajo, pero la familia ahora debe repartir su tiempo entre los cuatrillizos y la pequeña Ileana, de seis años, quien está en primer grado.
Por mientras, han restringido un poco las visitas que reciben, pero según Gilberto, el teléfono no ha parado de sonar para saber cómo están los bebés.
CUENTA
Los cuatrillizos requieren de gastos extras para la familia De La Espada, si desea dar un aporte, ellos se lo agradecerán, puede hacerlo en la cuenta del Banco Nacional 44145729 a nombre de Gilberto Enrique De La Espada, céd. 3-703-485.