El producto fue llevado en autos del DEFA hacia la comunidad de Guachó, camino hacia el corregimiento de Las Tablas, donde los funcionarios se encargaron de cortarlos con machetes en pequeños pedazos.
La destrucción es para evitar que los plátanos puedan ser portadores de enfermedades que a la postre afectarían seriamente la producción local, como sucedió en el caso del cacao con la enfermedad de la monilia y en el ganado, con la tuberculosis bovina; enfermedades que fueron importadas, presuntamente, por el intercambio fronterizo, dijo Roberto Ríos.