Aunque la mayoría de las embarazadas pueden seguir una vida normal durante los nueve meses, en algunas ocasiones es necesario guardar reposo durante un tiempo a causa de determinadas complicaciones.
Reposo absoluto: Hay que permanecer acostada en la cama, salvo para ir al baño.
Reposo moderado: Se puede combinar la cama y el sofá, pero sin salir a pasear ni esforzarse en las tareas de la casa. El médico aclarará qué actividades pueden hacerse y cuáles no.
Tranquilidad: Una vida sin estrés ni grandes esfuerzos físicos, como hacer la compra o cargar con niños. Dependiendo del tipo de trabajo que se desempeñe, será necesaria o no la baja laboral.
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