En el invierno es cuando la cosa empeora. Los caminos de penetración que comunican a los residentes de unas 10 comunidades de Cañazas y Ñurú, de Veraguas, están peor que las juntas de embarre.
Y es que con las primeras lluvias se han hecho casi intransitables. Los únicos autos que entran son los pick-up de doble tracción, que prestan el servicio de transporte, y a veces hasta se quedan atascados en medio del fango. Cuando estos vehículos se quedan, las personas tienen que caminar horas.
José Romero, uno de los conductores de los pick-up, manifestó que a veces optan por abrir trochas en medio del monte para pasar. Temen que un día los autos sufran un accidente con gente a bordo.
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