Una comunidad en el olvido. La pobreza reina en el ambiente, y los pobladores de la comunidad de Palo Verde, en el distrito de Ñurú, en Veraguas, están a la buena de Dios.
Los fuertes resfríos, parásitos, alergias, casos de vómitos y diarreas son el pan nuestro de cada día para los niños, pues no cuentan con un hospital donde atenderse.
Para ir a un Centro de Salud deben acudir hasta la comunidad de El Peñón, que está a unas dos horas, si van caminando rápido. Allí llevan a las personas graves en hamacas, porque tampoco cuentan con el servicio de ambulancias.
Ni siquiera tienen qué ponerse en los pies. En esta comunidad, ubicada a 3 horas de Santiago, tanto niños como adultos, en ocasiones se quedan todo un día sin comer. Con mucha suerte logran alimentarse con plátanos y yucas sancochadas.
Por falta de recursos, muchos infantes no van a la escuela, y no les queda de otra que ir al campo a trabajar.
Estos moradores dependen de las cosechas, especialmente del arroz, y a veces toda la producción se daña. Por fortuna les llega el agua, pues no tienen luz.
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