La mayoría en Panamá le va a Brasil, de eso no hay duda. Pero es muy difícil encontrar un fanático como Alex Camargo, que apoyó, incondicionalmente, a la selección de Ghana el pasado martes.
Alex es el propietario del kiosco "Dios es mi guía", ubicado a un costado del cuarto de urgencias del Hospital Santo Tomás. Todos los días, sintoniza el Mundial en el televisor que tiene en su local y aquel día no fue la excepción: Ghana jugaba con Brasil. Durante el encuentro, miraba el televisor y a la vez atendía a sus clientes.
"Deben jugar limpio", exclamó en alusión al segundo gol de Brasil que, según él, estaba en fuera de juego. Una joven que llegó a comprar le preguntó cómo estaba y Alex respondió: "Triste, porque mi equipo va perdiendo". Luego, sonreía con tranquilidad. Los vendedores llegaban a dejar mercancía, pagaba, tomaba su factura y volteaba su mirada a la pantalla.
Ya Brasil había anotado el tercer gol, cuando llegaron tres enfermeras a comprar. "Ay negro, te están dando duro", le dijo una de ellas a Camargo, que respondió con una sonrisa. Y así como ella, otros caballeros que acuden al kiosco con frecuencia y son hinchas de Brasil, le hacían bromas a Alex con el resultado. "Esto va a ser todo el día", decía el fanático de Ghana.
"Estoy triste, porque se eliminó mi equipo, pero yo los apoyé, no me importa", recalcó.
Alex explicó que apoyó a Ghana porque es un país pobre, sus jugadores son de barrio. Con mucho esfuerzo, llegaron a esa instancia del Mundial y eso es digno de admirar. "Llegaron a un nivel alto, con mucha voluntad, a pesar de que no tienen los medios", dijo.
Aun sabiendo que los pronósticos estaban en contra, apostó con varias personas a favor de Ghana y no se arrepiente de haber perdido dinero.
Él fue uno de los pocos que mantuvo su preferencia, por el único equipo africano que pasó a octavos de final.
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