En aprietos. No solo caminaron de rodillas hacia la Presidencia o se sentaron en la vía España por más de tres horas, también pasaron hambre y muchas incomodidades.
Esas son algunas de las peripecias que atravesaron los indígenas bocatoreños que estuvieron cuatro días y tres noches en la capital, denunciando ante las autoridades que todavía en sus comunidades hay problemas de contaminación por el derrame de petróleo. ¿Qué hacían por las noches, dónde dormían? DIAaDIA realizó un recorrido con estos indígenas el miércoles en la noche.
"Tratando de engañar al estómago y dejar pasar las horas, decidimos visitar Albrook Mall", contó el dirigente Humberto Duguel. Por ironías de la vida, llegaron directo al "Food Court", donde muchos de ellos se limitaron a ver, pues no tenían suficiente dinero.
Entraron al centro comercial a eso de las 6: 00 p.m. y no fue hasta las 9:00 p.m. que lograron reunirse todos, pues algunos se perdieron. "Aquí todo está igualito", fue la excusa.
El transporte fue otro lío. Los tres busitos que los trajeron desde Changuinola, el domingo, los dejaron a la buena de Dios, ya que sólo habían pagando por ida y vuelta. El pasaje no incluía los recorridos que debían hacer por la ciudad.
Ante esta necesidad, contrataron al bus de la ruta Los Andes-Tumba Muerto con placa 8B-3577, conducido por el señor "Rafa", quien dijo que las ganancias no fueron muchas, pero que el bus no se maltrató durante estos días. Sin embargo, el hacinamiento era obvio, ya que viajaban 90 indígenas con maletas y pancartas.
Al preguntarle si se habían enfermado, dijeron: "Sólo algunos con catarrito".
Antes de las 10:00 p.m. se trasladaron a la Plaza 5 de Mayo, donde se turnaban para dormir en un hotel de la Avenida Central, otros se mantenían en los parques.
Estos indígenas demostraron que su lucha era más importante que el hambre. Otra prueba de fuego que pasaron fue cuando al bajar del bus, un vendedor ambulante se imaginó que tendría negocio redondo con tanta gente y gritaba ansiosamente "chicheme caliente", pero sus esperanzas se desvanecieron cuando los indígenas pasaron a su lado sin determinarlo, puesto que no tenían el "cuara" para comprarlo.
LOS ESCUCHARON
Los indígenas tocaron las puertas de varias instituciones. Anoche a las 7:30 p.m. salieron rumbo a Bocas del Toro, luego de varios logros.
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