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HISTORIA
La rana y el ratón

Redacción | DIAaDIA

A l lado de una charca vivía un ratón gordo y bien alimentado. Una mañana estaba reposando junto al agua, tendido al sol, cuando una rana, que vio en él un excelente bocado, se le acercó. -Si supieras, ratón, las maravillas que encierra el fondo de esta charca... Puedes venir a mi casa, allí te daré una buena comida y luego te llevaré a dar un paseo para que admires las bellezas de las grutas submarinas y las costumbres de sus habitantes.

El ratón escuchó a la rana y le gustó la proposición. No recelaba nada el pobre tonto y ya se iba a lanzar al agua cuando encontró un problema.

Le dijo a la rana: -Yo no sé nadar. ¿Cómo voy a entrar en las aguas? Me hundiré.

La rana, que no estaba dispuesta a perder su presa, le dijo al ratón que podía atarse una pata al junco y ella le arrastraría con la boca. Así podría viajar sin hundirse.

El ratón asintió encantado y así lo hicieron. Pero apenas penetraron en el agua, la rana comenzó a tirar con fuerza hacia abajo, tratando de que le ratón se hundiera para apoderarse de él.

Demasiado tarde el animalito se dio cuenta de la trampa y suplicaba que la rana le dejase en libertad, pero ésta se burlaba de sus lamentos y tiraba cada vez más fuerte hacia las profundidades de la charca.

De repente, un ave pasó por aquel lugar en ese momento, y al ver al ratón forcejeando sobre las aguas, se le abrió el apetito y bajó con rapidez hasta la superficie de la charca. Cogió al ratón entre sus garras y lo levantó en el aire. Cuál sería su sorpresa al darse cuenta de que la rana, que tenía el junco agarrado, seguía al ratón. El ave se puso muy contenta, pues para cenar iba a disfrutar de carne y pescado.

La mejor trampa puede hacer caer en ella a su mismo inventor...





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