Muchas veces me he preguntado en mi interior por qué en un país tan pequeño como Panamá y con tan poca población -en comparación con otras naciones de similar o menor tamaño- han surgido tantas estrellas en el ámbito deportivo, que han dejado en alto el nombre de nuestro país fuera de fronteras. Y no sólo eso, me asombra mucho cómo puede un atleta panameño, solamente con su fuerza de voluntad, y en la mayoría de las veces sin el apoyo de los gobernantes, descollar en el mundo deportivo internacional. Luego de pensar en estas aristas, no queda duda de que el logro alcanzado por Mariano Rivera, al llegar a los 500 juegos salvados de por vida en el béisbol de las Grandes Ligas, no sólo surgió por su gran capacidad; sin duda, una Fuerza Poderosa puso en el chorrerano ese talento y le dio la fortaleza para hacer de él y de Panamá algo grande. Cuántos Marianos Rivera habrá en nuestras tierras, cuántos Robertos Durán, cuántos Julios Dely y cuántos Saladinos existirán en nuestro país, aún sin descubrir, esperando el momento preciso para mostrar su talento y su brillo. Sólo un ser poderoso lo sabe, y cuando surjan, entenderán por qué digo que somos "un país bendecido por Dios".