Rivera espera ver a su hijo en el Juego de las Estrellas (FOTO: GONZALO BOCANEGRA / EPASA)
Fermín Estribí
| DIAaDIA
Con palabras llenas de alegría, el padre de Mariano Rivera expresó la sensación vivida por él y sus familiares cuando su hijo logró el salvamento soñado
Gran momento. La noche del 28 de junio los moradores de la comunidad de Puerto Caimito, en La Chorrera, se llenaron de alegría, luego de que uno de sus orgullos escribiera otra página dorada en su ilustre carrera de 15 años dentro del mejor béisbol del mundo.
Mariano Rivera, el lanzador que llena de orgullo a todo Panamá cada vez que sale al montículo por los Yanquis de Nueva York, alcanzó la cifra de 500 juegos salvados en su trayectoria y su padre lo celebró en grande.
"Cuando tiraron a primera, que se sacó el último out, pegamos unos brincos. Yo tenía unos cohetes aquí; comencé a volarlos y nos fuimos a una caravana", dijo Mariano Rivera padre, quien destacó que vio el momento junto a su esposa y nietos en una de las habitaciones de su casa.
Además, el señor Rivera recordó que en ese partido, Mariano tuvo un turno al bate con las bases llenas en la parte alta del noveno episodio, en el que recibió una base por bolas y empujó la cuarta carrera para que su equipo venciera, 4 por 2, a sus vecinos de ciudad, los Mets. Así consiguió su primera anotación remolcada en 15 temporadas jugadas.
"Yo desde acá gritaba, quiero que metas un hit, pero el hit no vino", expresó entre risas.
MOTIVO DE ORGULLO.
Para el progenitor del "Expreso de Puerto Caimito", la hazaña lograda por su hijo supera a las cuatro series mundiales que conquistó con los "Bombarderos del Bronx", debido al tiempo que le tomó para realizarla.
Luego del partido, padre e hijo conversaron vía telefónica. Momento en el que el lanzador expresó que "se sentía muy orgulloso, muy contento, muy feliz" y que llegar a los 500 rescates "era un privilegio que Dios le había dado" .
Lleno de emoción y con el pecho henchido de orgullo, Mariano Rivera padre es consciente de que la proeza de su vástago le simboliza un mérito más para una eventual inducción al Salón de la Fama de las Grandes Ligas, cinco años después de su retiro.
"Eso es lo que suena en Estados Unidos. Donde él pasa la gente le grita 'el Salón de la Fama'. Él es un ídolo allá y me siento contento por eso", expresó.