Con ganas de surgir y mil sueños por cumplir. Así piensa Ricardo Ducreaux (Mikín), un hombre de 40 años que jamás se queda tranquilo porque asegura que su pasión es trabajar, trabajar y trabajar.
"No importa de qué trabaje", comentó a DIAaDIA, sonriente y agradecido con Dios porque dice que con su ayuda nunca le ha faltado el pan a su familia desde hace más de 12 años.
Se considera albañil de profesión, aunque confiesa que en el largo camino de la vida ha tenido que hacer de todo un poco, ya que sabe desde mecánica, plomería, ebanistería, electricidad y si no sabe lo aprende, pues recalca que lo único que desea es trabajar para los suyos.
Con su esposa Mili embarazada y sus dos pequeños hijos en la escuela, explica que aunque no tiene un trabajo estable, comprende que no puede estar sin hacer nada, pues sabe que la mala situación económica del país impide que a veces lo busquen para algún "camarón", pero es conforme y se consuela repitiendo: "Aunque Dios aprieta, nunca ahorca".
A pesar de que se considera un hombre con grandes habilidades, lamenta muchísimo no haber terminado sus estudios, porque confiesa que ahora comprende que se ha limitado mucho, pues con una profesión "a lo mejor hubiera tenido otra vida".
Mientras, Mikín sigue esperando en la Calle Abajo de Santa María de Herrera por la oportunidad de un trabajo estable y continúa a la disposición de cualquiera que desee emplear sus servicios, porque aunque no sea la hora más apropiada siempre sigue su lema: "No se le niega trabajo a nadie".
SUEñOS
Desea que sus hijos estudien y gocen de lo que él se negó para que puedan aspirar, según él, "un futuro mejor".
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