La fiebre de fútbol es contagiosa. Hasta las grandes empresas se dejan envolver por las garras de este deporte, que es catalogado por expertos y fanáticos como "el que mueve multitudes".

Una de esas empresas es Unión Fenosa-Edemet Edechi, encargada de la generación, distribución y comercialización de energía eléctrica en Panamá, que el pasado martes invitó a una batería de periodistas panameños para compartir una tarde amena, durante el desarrollo de los octavos de final, donde precisamente se disputaban por el pase a los cuartos de final, los oncenos de España vs Francia.

Y aunque ya los resultados son conocidos, es bueno destacar que en esta convivencia reinó la camaradería entre españoles radicados en Panamá y algunos de sus descendientes. Todos estaban casi conectados a un televisor plasma, como quien depende de una transfusión sanguínea para sobrevivir.

La cita fue en el Bar Restaurante La Tasca del Ángel, ubicado en Vía Argentina. Al llegar a este sitio no había quién dejara de mirar el reloj, a la espera del inicio de este encuentro decisivo. Altos representantes de Unión Fenosa- Edemet Edechi salieron a tiempo desde su sede en Albrook, para atender cordialmente a los invitados.

Por todos lados se escuchaban pronósticos, posibles jugadas, y algunos se atrevieron a ponerle nombre y apellido a algunos de los goles que se anotarían.

El momento esperado llegó, los aplausos y abucheos no se hicieron esperar al arrancar el partido. La magia del fútbol hacía de las suyas. Allí la mayoría le iba al equipo español, pero también había quienes, supuestamente, moralmente le iban a Francia. No obstante, por solidaridad y por la destacada participación de los españoles, prefirieron decir que no estaban parcializados.

La lluvia de aplausos, risas y gritos de suerte con acento español fueron la tónica de esta cita, donde por más de noventa minutos reinó la amistad. El tiempo de juego se hacía cada vez más corto, pero la emoción era más efervescente entre los presentes. Finalmente, Francia derrotó a España con marcador 3-1. Para los españoles presentes era lamentable, pero admitieron que se luchó de corazón en el campo de juego.