Dice un despacho de las agencias internacionales que el presidente de la FIFA pidió público perdón a las delegaciones de México e Inglaterra, por los errores arbitrales que acaban de sufrir en el Mundial 2010.
¿Sirve para algo este perdón? Rotundamente: NO. Si los perdones que la FIFA pide, y los muchos que no solicita se concretaran, la mayor parte de las Copas del Mundo deberían repetirse, porque la historia de estos torneos es la historia de los árbitros teniendo yerros trascendentales.
Desde el gol de Wembley'1966 en la final; el alevoso puntapié del guardián alemán Schumacher, que arrancó dos dientes al francés Battiston; la del gol con la mano de Dios" de Maradona, en 1986; o los errores arbitrales mayúsculos del Mundial 2002 que barrieron injustamente a varios equipos del evento, a la FIFA no se le movió un pelo.
Una frase célebre del obispo guatemalteco Juan José Gerardi pinta a las claras la disculpa de la FIFA: "El perdón sana la memoria, no la desaparece".