¿Qué queremos escuchar después de que le pedimos algo a nuestra pareja? Queremos un: "Sí, mi amor". ¿Es o no es así?, o por lo menos que esta sea la respuesta al 80% de nuestras peticiones; que por cierto, en su mayoría, benefician a la familia completa.

O me van a negar que dentro de un hogar casi todas las decisiones dependen de la opinión femenina. Que si la comida que se compra e incluso los menús. También el jabón de lavar la ropa, y después de muchos años, hasta en la ropa que utilizan nuestras parejas tenemos injerencia (hago la salvedad, sólo de mujer a hombre, porque si fuera al revés, la industria de la moda quebraría y por las calles transitarían mujeres sin tacones ni maquillaje).

Un amigo me dijo que al poner en práctica esta última palabra, se redujeron las peleas por incompatibilidad de intereses en su casa.

Es más, analizando este tema me di cuenta de otras decisiones importantes de la casa, como el cambio de la línea blanca, techos y hasta pisos. Casi siempre dependen de nosotras o por lo menos somos consultadas para ver si nos gusta; entonces, si no nos gusta, saben qué pasa la mayoría de las veces. Son cambiadas, porque buscamos la forma de hacerlo: ¡Aajajajajaja!

Entonces, ¿por qué no darle a ellos ese privilegio de tener esa última palabras, por lo menos en la mayoría de las cosas? Créanme, nos va a beneficiar. Y ustedes caballeros, si continúan leyendo (si no es que varios se han puesto bravos y no pasaron el primer párrafo), pongan esto en práctica. No tienen idea de cómo nos hace felices ser complacidas y cuando nosotras estamos felices ustedes están en paz. ¿No?