Se les fue la mano. Al parecer, el medicamento que le dieron a Michael es un potente analgésico llamado Profonol, usado para anestesiar a personas antes de ser operadas. Este sedante fue encontrado en la casa del "rey del pop", por lo que se cree que también se lo administraron.
Imagínense, que es tan fuerte que puede provocar por sí solo ataques epilépticos, alteraciones en el ritmo del corazón o cambios en el flujo sanguíneo.
Pero a él le gustaba la cosa. Cuenta una de sus enfermeras, de nombre Cherilyn Lee, que Jacko la presionaba para que le diera este producto, aunque ella se oponía. Dice que él le reclamó este medicamento cuatro días antes de su muerte. Él me decía: "Sólo quiero dormir'. No me entiendes. Sólo quiero estar K.O. y poder dormir".
Los amigos cercanos a Michael Jackson han mantenido que el ídolo fallecido tenía un fácil acceso a los medicamentos prescritos con receta médica y que su excesivo consumo le podía haber provocado la muerte.