
A veces no tienen nada para comer en el d�a, por eso en varias ocasiones se han tenido que acostar con el est�mago vac�o.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
A veces no tienen nada para comer en el d�a, por eso en varias ocasiones se han tenido que acostar con el est�mago vac�o.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Lamentablemente, la pobreza extrema en que vive con Irene, de nueve a�os, y Dominga Santos, de 21, hacen que esa felicidad sea imposible.
Al llegar el equipo de DIAaDIA a la peque�a casa de bloques, Irene, la hija menor de Basilia, almorzaba un plato de arroz �pincho� con unas rebanadas de pepino.
Pero la que m�s le preocupa a esta pobre mujer es Dominga, quien padece de hipotiroidismo cong�nito, una rara enfermedad que no le permite crecer. Adem�s sufre de un leve retardo mental.
Para poder crecer, la joven debe tomar unas pastillas que se llaman T4 Levoteroxina, que tienen un costo de $ 20.00 cada una, por lo que se le hace imposible poder comprarlas.
Basilia cree que su hija naci� as� por un golpe que recibi� en la barriga cuando cosechaba arroz en las monta�as de Las Palmas, en Veraguas.
Con la ilusi�n de encontrar mejor vida, abandon� Las Palmas; sin embargo, lo que encontr� en la ciudad capital fue la misma pobreza que trat� de dejar atr�s.
Una peque�a estufa de mesa, y una cama donde duerme con sus dos hijas son las �nicas posesiones que tiene en su casita a la que tambi�n le falta la luz.
Lo que m�s desea en la vida es que alguien le pueda ayudar con la instalaci�n de la luz en su residencia y con la construcci�n de un cuarto especial que necesita Dominga, debido a su enfermedad.
Tambi�n un ba�o, porque el que tienen es de hueco y est� a punto de llenarse. Ella no pide mucho y se conforma con lo que puedan darle, ya que con sacrificio trata de sacar adelante sola a su familia, pues se separ� de su esposo hace m�s de 10 a�os. Cuando se acuerda, le manda algo para las ni�as.