La décima edición de la Copa Oro arranca hoy en Los Ángeles, Estados Unidos, y para tristeza de los fanáticos panameños, en esta oportunidad la representación nacional llega muy mal parada y con un alto grado de negativismo.
Los malos resultados obtenidos en los últimos partidos amistosos frente a Granada, Honduras y el equipo Carolina Railhawks de la USL han dejado un amargo sabor de boca entre aquella hinchada que no le ve muchas opciones a la "tricolor" y que ha vuelto a recordar los tristes episodios vividos durante la eliminatoria hacia el Mundial de Sudáfrica 2010.
Panamá no luce bien, sus jugadores parecen no haberse compenetrado y por si fuera poco, algunos de ellos se encuentran algo tocados.
El panorama no pinta claro y por lo observado hasta ahora, pareciera que los "Stempelboys" no han podido copiarle la seña al "Míster" Gary.
Las horas ya están contadas para el debut de los nacionales y, ojalá, que este equipo, integrado en su mayoría por jugadores con buen recorrido internacional, reciba en el poco tiempo que resta, algo más que una inyección de optimismo.
Lo que se viene no es tarea fácil y los propios jugadores así lo saben. Sobre todo porque después de esas tres debacles, ellos mismos han reconocido que lo ocurrido les ha servido para darse cuenta de la realidad y no llegar "inflados" a la cita.
Ojalá, que la fanaticada del fútbol en Panamá no vuelva a llevarse otra amarga sorpresa y, esta vez los legionarios sepan sudar y defender la camiseta de la misma forma como lo hicieron los jugadores del patio en la pasada Copa de Naciones.
La suerte ya está echada y por el bien del balompié nacional, ojalá, que esta contienda que inicia hoy no quede como una triste edición para los panameños.