Henry Mart�n se siente atado, pero tiene la esperanza en Dios de salir adelante. - Fotos: ROBERTO BARRIOS
Olmedo Mart�n es un ni�o de la comunidad de Charagr�, en Bocas del Toro, y tiene una enfermedad en el h�gado, que lo hace botar sangre por la nariz y la boca.
Actualmente, este ni�o est� internado en el Hospital del Ni�o, ya que fue tra�do en helic�ptero desde el Hospital Materno Infantil Jos� Domingo de Obald�a de David, Chiriqu�.
Su padre Henry Mart�n es el �nico que est� cuidando al ni�o en el nosocomio, ya que la madre est� en Bocas del Toro cuidando al resto de los hijos.
Este padre est� pasando muchas dificultades, porque entre su lengua ng�be-bugl� y el espa�ol se le hace muy dif�cil comunicarse. Aunque �l no tiene dinero para pagar la hospitalizaci�n, lo m�s importante es que su hijo se recupere.
Ayer al mediod�a, Olmedo estaba solo y sent�a fr�o. Estaba en silencio, pese a que es muy conversador. Solo preguntaba por su padre, ya que se fue a casa en Bocas del Toro a buscar ropa para ambos. Fue una se�ora quien le dio el dinero para poder realizar este viaje.
Ella se motiv� porque hace unos d�as, el se�or Henry lav� su ropa en un �rea que le ofrece el hospital a los padres que vienen de lejos, y cuando fue a buscar sus piezas de vestir, se las hab�an hurtado.
Este padre, debido a la dedicada labor que lleva cuidando a su hijo, tiene los pies hinchados y solicita ayuda. �l, en d�as pasados, manifest� a DIAaDIA que �no conozco a nadie ac� (en la capital), y no tengo dinero para comprar las cosas b�sicas para pasar los d�as en el hospital�. Se conoci� que este bocatore�o se alimenta de la comida que le ofrecen en el hospital.
Durante la visita de DIAaDIA, Olmedito pidi� un peluche para abrazarlo y una frazada para soportar el fr�o del hospital.
�l quiere volver a encontrarse con su madre y hermanitos. Adem�s, sue�a con volver a ir a la escuela, ya que debido a su enfermedad, no ha podido asistir a las aulas de clases.
Cuando sea grande quiere trabajar y ayudar a sus padres y hermanos que tanto necesitan. Es evidente que, a pesar de que solo tiene 11 a�os, tiene un gran coraz�n y una gran esperanza de encontrar un alivio a su mal.
Ayer, en horas de la tarde, la tristeza abandon� su rostro para darle paso a una sonrisa: su padre hab�a regresado. Olmedito aprovech� para preguntarle nuevamente cu�ndo se van a casa, una respuesta que evade su padre, al parecer se quedar�n un largo tiempo en el hospital.