La tenacidad y el descaro de sus 17 años hicieron triunfar ayer a Maria Sharapova en la final de Wimbledon, donde destronó a la estadounidense Serena Williams, campeona los dos últimos años, para convertirse en la primera rusa que gana este torneo.
Nacida en Siberia, aunque vive en Florida, Sharapova levantó la bandeja como nueva campeona, tras demoler a Serena por 6-1 y 6-4 en sólo 73 minutos.
"No tengo palabras. Nunca me hubiese esperado que esto fuera a pasarme tan pronto", admitió la jugadora. "Siempre lo he soñado, pero nunca pensé que lo lograría este año, y cuando vi mi nombre al lado de todos los campeones, fue cuando me di cuenta de que había ganado".
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