Si la Grecia antigua tenía doce dioses paganos para adorar, la moderna ha colocado al mismo nivel a los once futbolistas de la selección de fútbol helena, finalista de la Eurocopa, a los que se añade un duodécimo, el técnico alemán Otto Rehhagel.

Rehhagel es el rey de los dioses del Olimpo griego, el Zeus del fútbol, el hombre que ha traído la ilusión al equipo. Una persona capaz de transformar el desorden heleno en un equipo organizado y disciplinado hasta límites insospechados.

Con Rehhagel y los once dioses del terreno, la Grecia futbolística no ha necesitado invocar la ayuda del Olimpo. Las buenas individualidades, letales en el contragolpe, y un juego de conjunto, con una defensa disciplinada, difícil de superar, han hecho el milagro.

Con estos nuevos doce dioses, Grecia, que no había ganado hasta ahora ningún partido en sus anteriores presencias en Mundiales y Eurocopas, ha logrado ganar en la de 2004 a Portugal (2-1), Francia (1-0) y República Checa (1-1), además de empatar con España (1-1).

"Mis hombres luchan como héroes, como todos los griegos hacen siempre", afirma Rehhagel, para explicar el éxito de su equipo.