Es casi que incansable. A sus 81 años piensa que si Dios le da trabajo y salud, no hay que perder las oportunidades.

Dios le ofreció un ramillete de siete hijas, a las que logró formar profesionalmente con mucho tesón, a base de las famosas "fritangas" en la calle Pedro Obarrio de El Chorrillo. Eso sí, nunca descuidó su hogar por el trabajo. Pero eso no es todo, pues también vende billetes de lotería y queda alegre cuando habla de sus 24 nietos, a quienes aprecia con mucho cariño, pues muchos de ellos heredaron esa fuerza de perseverar y luchar por sus metas.

Esa es Dominga Quintana, quien nació en el año de 1924 cuando todavía el Hospital Santo Tomás estaba ubicado donde actualmente está el campo de juego del Plaza Amador.

Doña Minga es muy campechana y cuando de trabajo se trata es la primera en decir: ¡presente! Esta amable abuelita recuerda que se inició en la venta de comidas en las calles por el año de 1968.

Actualmente, tiene su puesto de venta en la esquina en la parte inferior del edificio El Vaticano, frente al Plaza Amador.

Como dice el viejo adagio: "el que tiene cucharón no se quema las manos", y a ella le sobran manos para ayudarla. Y es que tres de sus hijas le asisten en este negocio con frecuencia los fines de semana. Son ellas: Edith, Nidia y Elvia Vásquez.

Para Dominga, este negocio ha decaído bastante, pero aún deja algunas ganancias; sólo hay que meterle ganas.

Allí usted puede degustar exquisitas comidas, a las que han denominado sabrosas comidas del pueblo. Prueba de ello son las ensaladas de toldo con gallina guisada con salsa "minguita", la cual está para chuparse los dedos.

SABROSO

En un día prepara hasta 25 libras de "saus", para la venta a todo público.