No está conforme con la Policía Fronteriza. Ese es Carlos Castro, quien lleva varios años de sufrir el mismo calvario. Argumentó que del puesto de Policía en Metetí emanan aguas negras y aceite quemado que, a través de una zanja, se esparcen por la quebrada La Ponulosita, que atraviesa su terreno donde pasta su ganado. Lamenta que ha visto peces muertos y hay escasez de agua en ese sector, por lo que ha pedido ayuda a la ANAM y a la Defensoría del Pueblo.
Castro dijo que habló con unidades de la Policía y éstos se comprometieron en arreglar esta situación; sin embargo, sus animales siguen manchados de aceite quemado que va a parar al Chucunaque.
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