Los niños del norte de Penonomé, con ayuda de sus padres, se han convertido en escultores de la naturaleza y venden sus artesanías de palo en ferias y mercados del distrito de Penonomé.
Eduardo Coronado tiene 11 años y cursa el sexto grado en la escuela de la comunidad de Larguillo, de Chiguirí Arriba del norte de Penonomé, y a su corta edad se ha convertido en escultor de artesanías de madera, lo que lo ha convertido en un verdadero maestro.
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