No salimos de una para caer en otra.
Después de hacernos vivir hace algunos meses momentos de euforia, alegría y ensueño, el fútbol panameño se ha sumergido en una oscura neblina de la que, al parecer, será difícil salir.
Las tristezas y sinsabores continúan persiguiéndonos como una terrible pesadilla.
Ahora es un acto de indisciplina el que a cuatro días de librar una importante contienda, empaña la imagen de nuestro seleccionado, una representación que está ávida de triunfo y que lo que necesita es confianza, unidad y mucha concentración.
Pero... ¿cómo concentrarse cuando ocurren incidentes como éstos? Lamentablemente, algunos de nuestros apreciados futbolistas no aprenden de las lecciones pasadas y no aprovechan las nuevas oportunidades.
Que se determine si consumieron o no sustancias ilícitas, es otro asunto. Con el sólo hecho de estar en un sitio donde no deberían estar, incurrieron en una violación a los reglamentos. Esto deben entenderlo de una vez por todas. No se puede seguir tomando el fútbol como un relajo. Si en realidad desean cambiar, demuéstrenlo con hechos, no con palabras. A esta altura del partido, somos pocos los que aún confiamos en ustedes, pero qué triste y decepcionante es conocer noticias como éstas. La verdad, el hecho nos cayó como un balde de agua fría.
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