El anuncio del rector de la Universidad de Panamá, Gustavo García de Peredes, sobre la eliminación o suspensión de algunas carreras universitarias, porque son obsoletas unas, y están saturadas otras, ha provocado algunas reacciones, principalmente entre estudiantes y profesores que no quieren perder sus espacios. Lo cierto es que Panamá entró al siglo XXI con una universidad con, por lo menos, 30 años de atraso en sus métodos y planes, y está lanzando al mercado laboral profesionales sin mayor cultura general y poco aptos para las nuevas tecnologías y exigencias de la sociedad.
Además, la Universidad es opción por lo barata, no porque sea mejor que los centros privados de enseñanza superior que hay en el país.
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