Por vivir en un país democrático, podemos expresar nuestras preferencias, sin ningún problema, aunque a muchos no les guste.

Dolidos por la eliminación de Argentina en el Mundial de fútbol, a manos del país anfitrión, los hermanos Martínez, "Nacho" y "Luchín", apoyaban a Francia en el encuentro de cuartos de final que disputaron con Brasil.

En la casa 2397, de la Loma de Dios, en calle 4 Río Abajo, el señor Miguel suspendió sus trabajos de mecánica, que ya son frecuentes, porque había que ver el juego.

Un alternador desarmado esperaba a un costado del televisor que ubicó en la parte de afuera.

Estaba su cónyuge Doris y cuatro hijos del señor Miguel, Nacho, Luchín, vecinos y conocidos. Había pocas sillas, no todos estaban cómodos. La mayoría miraba el televisor de pie, pero eso poco importaba, había que ver el juego.

Cada cierto tiempo, iban llegando las frías, eso no puede faltar. "Ay, te vieron, te vieron", exclamó Nacho cuando le sacaron tarjeta amarilla a Cafú por una falta; mientras Tom y Jorge, dos de los hijos de Miguel, le discutían que eso no era falta.

El resto de los presentes se reía ante los gestos y discusión. "Tú nunca has jugado fútbol, no sabes de eso", decía Nacho a Miguelín, otro de los hijos del mecánico.

"Tú llorabas en el baño cuando Luchín no te ponía a jugar", contestaba Miguelín. Y es que Luchín, también es dirigente deportivo. Él hace ligas de fútbol en el barrio. Todo era risas y bromas.

Seguían viendo el partido; dominaba Francia y otra vez los comentarios de Nacho. "Brasil puede ganar, pero apuesto a que Francia anota el primer gol", afirmó.

Ya los muchachos se reían, no le hacían mucho caso. De pronto, los dos hermanos gritaban: "eso era roja", pero le sacaron amarilla al brasileño Juan por una falta.

Al final, Nacho llegó a la conclusión de que si hubiera apostado, hubiese ganado, no sólo porque Francia anotó el primer gol, sino porque ganó y eliminó a Brasil.

Tuvo argumentos para discutirle a sus amigos, vecinos, a Don Miguel y sus hijos, que le iban a la "canarinha". Fue una sana discusión, en medio de un partido de fútbol del Mundial.