Cuando Venus y posteriormente Serena comenzaron a practicar tenis bajo la estricta supervisión de su celoso padre Richard, jamás se imaginaron que en el futuro, además de hermanas y amigas, serían parejas y al mismo tiempo rivales.
Estas chicas procedentes de un humilde barrio en Long Beach, zona oeste de Los Ángeles, soñaban con ser grandes y alcanzar el éxito a través del deporte de sus amores.
Ellas veían en el tenis la oportunidad para sacar a su familia de la pobreza y como no. Desde muy niñas, su progenitor las llevaba junto a sus otras tres hermanas a las canchas con la esperanza que algún día, al menos una de ellas alcanzara la gloria deportiva que les permitiera mudarse a un lugar mejor.
Este hombre rudo y con enérgicas directrices, trasladó a toda su prole a Compton, un gueto hermético situado en el centro de la ciudad, con el propósito de que sus hijas, a la sazón de cuatro y cinco años, crecieran en un ambiente de dureza que a la postre las convirtiera en personas fuertes y con ansias de superación.
Hoy, después de arduo trabajo y de experimentar muchas alegrías, pero sobre todo tristezas y sinsabores familiares entre los que se encuentran la separación de sus padres en el 2001, el acoso sobre Serena de un maniaco aficionado alemán en el 2002 y el asesinato de su hermana mayor Yetunde en septiembre de 2003, ambas vuelven a vivir uno de los momentos más felices de su vida.
Estas chicas estadounidenses de tez morena, protagonizarán por séptima vez una final, aunque esta es la tercera que lo harán en la de sencillos en Wimbledon (las otras veces han sido en Grand Slam). Pero eso no será todo, porque ellas también disputarán, pero en pareja, la final de dobles.
Las canchas de césped del All Englan Club serán el escenario de esta histórica batalla. Después de hoy, se sabrá si Venus vuelve a caer en estado depresivo en caso de que Serena la derrote; o si ésta última sufra por no querer apagar a esa hermana mayor a quien de chica admiró.
ÚLTIMA FINAL
De un Grand Slam entre las Williams fue en el 2003, cuando Serena derrotó a Venus por segundo año consecutivo en Wimbledon.