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"Hay que temerle a los vivos quienes pueden hacer daño, puer los muertos van directamente al juicio de Dios"
A Buenaventura le dolía ver que otro colega tomaba la foto y él por estar con miedo no la llevaba.

Carolina Sánchez P. | DIAaDIA

Tomar fotografías de crónica roja tiene sus peligros. A pesar de que tenía que tomar las fotos, sentía tristeza al ver a las personas llorar por sus seres queridos. Manuel Horacio Buenaventura es fotógrafo de un medio impreso y tiene más de 38 años de cubrir crónica roja.

Él contó que la mayoría de las veces tiene que estar pendiente de cada flash que tira, porque puede venir una persona a quitarle la cámara y agredirlo.

A la fecha, ya ha perdido la cuenta de cuántos homicidios ha tenido que cubrir. A sus 62 años aún se le ve la emotividad con que toma cada foto. "Cuando iba a los lugares a tomar fotos, tenía que ver qué hacia, pues como siempre los familiares de los difuntos se molestaban y para armarme de valor bebía alcohol. Esa misma técnica la utilizaba cuando tenía que tomar las fotos en la Morgue del Hospital Santo Tomás. Emborrachábamos al seguridad para poder entrar y tomar las fotos", dijo Buenaventura, quien admitió que eso lo afectó mucho, hasta convertirse en alcohólico.

En las coberturas jamás sintió miedo de un muerto, por el contrario, era de los vivos de quien tenía que cuidarse sus espaldas.

OSADO POR BUSCAR LA EXCLUSIVA

El homicidio que recuerda con nitidez y que lo consternó fue el de Amparo Morales, quien fue asesinada y descuartizada en 1995.

"Ese día llegué a Los Libertadores. Me puse un jacket negro y entré al cuarto donde habían cometido el crimen. Vi al homicida y le tomé fotos. Enseguida el fiscal me descubrió y me querían quitar el rollo", manifestó, quien también tuvo que cubrir los muertos para el tiempo de la invasión de Estados Unidos a Panamá en 1989.

Luego de solicitar ayuda, Buenaventura ingresó a Hogares Crea donde fue rehabilitado de su problema con el alcohol. Ahora, su lugar de trabajo es la sala de urgencias del Hospital Santo Tomás. Muy orgulloso confesó que comenzó de aseador en un periódico hasta llegar a tomar fotografías.

¿QUE OPINA LA IGLESIA SOBRE LOS DIFUNTOS?

Oscar Rodríguez Blanco, párroco de la Basílica Menor Don Bosco, afirmó que la Iglesia siempre ha demostrado respeto por el cuerpo humano, porque ha sido templo del Espíritu Santo. "Las personas estamos compuestas de cuerpo y alma. Cuando una persona muere el alma va directamente al juicio de Dios y el cuerpo va a la tierra como una semilla hasta el día de la resurrección. Cuando la persona muere su alma va ha la eternidad, no permanece en la tierra de ninguna forma. Los espíritus no existen y no se aparecen a ninguna persona", destacó el sacerdote.

Además, solicitó a las personas que oren todos los días por los muertos para que Dios perdone la pena temporal de esa persona.





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